domingo, 8 de mayo de 2011

Osho, La Mente

Hay tres cosas que han de entenderse. Primero: la mente tiene dos significados. Uno, el contenido; otro, el continente. Cuando digo «contenido», quiero decir memorias, pensamientos, el pasado muerto, su acumulación. Pero eso es sólo el contenido. Si todo el contenido es expulsado, sólo resta el continente. Ese continente es el que puedes ofrecer. Los pensamientos, las memorias, el pasado, carecen realmente de valor, no vale la pena el ofrecerlos, pero sí el continente. La mente tiene dos significados, de modo que siempre que la mente es escrita con M significa el continente. Ese continente lo puedes ofrecer y ese es el significado del sutra: «La mente constantemente apuntando hacia Eso», el continente.
«Constantemente apuntando hacia Eso» significa que ahora el continente no tiene más contenido que Eso, sin pensamientos, sin memoria, sin deseos, sin pasado, sin futuro, sin nada. Ahora la mente, como continente, sólo tiene un contenido: Eso. Esta es la ofrenda.

Esos contenidos están ya muertos porque tu mente los absorbe sólo cuando están muertos. Por ejemplo, tu mente ni va hacia el pasado ni va hacia el futuro. Cuando se mueve hacia el pasado, se mueve entre lo muerto; todo está muerto, no hay nada vivo. El pasado no existe más que en tu memoria.

¿Dónde está el pasado? ¿En ninguna parte! No puedes encontrarlo por ninguna parte. Sólo reside en tu memoria. Si poseo algún recuerdo privado, secreto, y si es sólo mi recuerdo y nadie lo conoce, entonces cuando muera, ¿dónde estará ese recuerdo? No aparecerá por ninguna parte. ¿Cuál será la diferencia? Tanto si existió como si no existió, ¿cuál será la diferencia? Tanto si existió como si no existió, no habrá ninguna diferencia.

El pasado muerto reside sólo en el recuerdo. En ninguna otra parte. Y debido a este pasado, se proyecta el futuro. El futuro existe sólo debido al pasado. Te quise ayer y te quiero querer mañana. Deseo repetir la experiencia. Te oí cantar, y quiero oírte otra vez. Quiero repetir. El pasado anhela repetirse, lo que está muerto quiere nacer otra vez, y así se crea el futuro.
Esos son los contenidos de la mente: pasado y futuro. Si ambos desaparecen y tu mente se vuelve vacía, sin pensamientos, sin contenido, entonces estás aquí y ahora, en el presente, sin pasado, sin futuro. Y en el aquí y ahora, Eso está presente. En todo, simultáneamente, Eso está presente. Cuando tu mente deja de ser, quiero decir cuando tu pasado y tu futuro no existen, te vuelves consciente de Eso. Y en esa consciencia la experiencia de Eso es el único contenido. Esto es lo que se quiere decir con «La mente constantemente apuntando hacia Eso es la ofrenda». No debería existir otro contenido de la mente excepto el de la Existencia universal.

Cuando digo, «ofrenda de la mente», me refiero al continente, porque puedes ofrecer los contenidos, pero no tienen valor, están muertos. Cuando ofreces el continente, la mente viva, la capacidad vital de saber, la capacidad vital de ser, cuando ofreces eso, eso constituye una ofrenda. Y no es fácil, sucede raramente porque es arduo. Y vale la pena ofrecerlo. Y cuando algo así sucede, cuando un Buda o un Krishna o un Cristo se ofrecen a sí mismos, ofrecen la mente a lo Divino, no sólo ocurre que el Buda o el Jesús son enriquecidos: lo Divino también se enriquece.

Esto es muy difícil de entender. Cuando un Buda es ofrecido a lo Divino, lo Divino se enriquece también, pues aun en Buda lo Divino florece, aun en Buda lo Divino alcanza una cima. Por eso lo Divino no es algo para colocar aparte. No es algo que no esté en nosotros. Por eso la ofrenda no se hace a alguien externo. Se hace al contenido de conciencia común en todos, a la Existencia común en todos, al Ser común en todos. Por eso cuando un Buda se ofrece, Buda es enriquecido porque Buda se convierte en el Todo. Pero el Todo también se enriquece, porque con Buda ha alcanzado una culminación.

Lo Divino vive en ti, así que cuando tú caes, lo Divino cae; cuando tú te alzas, lo Divino se alza; cuando ríes, lo Divino ríe; cuando tú lloras, lo Divino llora, porque El no es algo aparte. No es un observador sentado en un cielo lejano observándote. El está en ti. Por eso cada acto, cada gesto es suyo. Se haga lo que se haga, se hace con El, a través de El, lo hace El, se le hace a El.

Existen muchas historias. Son bellas, poéticas, enseñan mucho. Se dice que cuando Buda alcanzó la Iluminación el universo entero se volvió dichoso: las flores llovieron del cielo, las deidades comenzaron a bailar a su alrededor; Indra mismo, el rey de todos los Devas, acudió presentándole sus respetos. Se entregó a los pies de Buda. Los árboles comenzaron a florecer fuera de tiempo; los pájaros empezaron a cantar fuera de tiempo. La Existencia entera se convirtió en una celebración.

Esto es poesía. Nunca sucedió una cosa igual, pero en cierto modo si ha sucedido. Y es simbólico, porque así es como debería ser. Cuando alguien alcanza el estado de Buda, ¿cómo es posible que la Existencia entera no se enriquezca? Percibirá la vibración, todo el universo se sentirá feliz. Así, mediante la simbología poética, se nos muestra un hecho.
Pero hay gente estúpida, tontos que siguen creyendo que eso es un hecho histórico, pues en caso contrario sería una mentira. Sólo tienen dos alternativas. Dicen, «Si es un hecho histórico, ¿dónde está la prueba de que florecieran los árboles fuera de estación? ¿Dónde está la evidencia? Se requiere una prueba fehaciente, y si no se tiene, entonces el hecho es una mentira». Esos desconocen que hay un espacio más allá del hecho y más allá de las mentiras, el reino de la poesía que expresa muchas cosas que no podrían ser expresadas de otra forma. Es sólo una indicación de que el mundo entero se convirtió en una pura celebración. ¡Ha de ser así, tiene que ser así, ha sido así!

De modo que, cuando esta mente se constituye en ofrenda, la mente sin contenidos, simplemente el continente, purificado, vacío, inmaculado, cuando este continente es ofrecido, la ofrenda es válida. Hasta lo Divino se siente enriquecido, porque lo Divino se vuelve más Divino. Y otra cosa: Dios no es una entidad estática. Es una fuerza creativa, una fuerza dinámica. O sea, que no es sólo el hombre el que está evolucionando, Dios también está evolucionando. Para aquellos de nosotros que estamos confinados a la lógica corriente, Dios no puede evolucionar, porque para nosotros, si evoluciona, entonces no es perfecto. ¿Cómo va a evolucionar la perfección? La lógica ordinaria no puede concebir que algo pueda llegar a ser más perfecto que lo perfecto. ¡No puede concebirlo! ¡Parece ilógico!

Pero la vida no se halla confinada a tu lógica, y existe la posibilidad de que la perfección pueda ser más perfecta, más rica. La perfección puede evolucionar. Es perfección en cada instante, y aún así no es algo estático. Por ejemplo, un bailarín: cada uno de sus gestos es perfecto. En cada instante, cada gesto es perfecto. Y aún así, hay un movimiento dinámico y el total resultante es más perfecto que cada una de las partes. Cada danza es perfecta, y aún otra danza puede ser más perfecta.

Resumen Del libro. La Alquimia.

1 comentario:

  1. mi querida Isis, en el gardin del padre todo es luz y sabiduria, y el nos riega, con su esencia, de noche y de dia, nos abona en la tierra con flores de sabiduria y nos aspira el aroma,que es nuestra fe de cada dia,y nos transplanta de cuerpos, para que la luz que filtramos sea mas pura y limpia en cada vida, hasta llegar a la meta que es nuestra nueva salida.

    condor te manda un besazo Isis amiga.

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