miércoles, 29 de junio de 2011
Toth, el escriba del cielo
El objetivo fundamental de la antropología gnóstica es el desarrollo de las facultades internas del ser humano, una larga travesía debe realizar para llegar a ese punto; sería absurdo pensar que podría llegar a ella sin la facultad extraordinaria de la inspiración.
Inspiración manifiestan los discursos de los profetas, inspiración manifiestan los escritos de los grandes maestros, inspiración manifiestan las palabras del maestro Samael Aun Weor.
Realmente, Toth el escriba es el inspirador del espíritu que habla a través de la personalidad en el mundo, expresándose así la sabiduría inmortal para guiar a las almas que anhelan el conocimiento.
Toth el escriba se encuentra en todos y cada uno de los seres humanos como una de las partes más elevadas del Ser, pues él mismo es el inspirador, el cual también se manifiesta como el inspirador de la naturaleza y como escriba de todo lo que acontece en este mundo, plasmados en los registros akáshicos de este sistema.
Desde este punto de vista, es conveniente acercarnos a ese modus operandi de la inspiración, promovido por Toth en nuestro interior para que a través de la misma inspiración se puedan develar para bien de la gran obra los grandes misterios que se encuentran ocultos, el lenguaje sagrado los artificios de la naturaleza, la comunicación con los Dioses y desarrollo del Ser…, todo orientado por Toth, el escriba, el dador de luz y sabiduría.
Toth, el escriba, siendo este el camino para llegar a la iniciación y desarrollo de la comprensión.
Todas las actividades cotidianas deben estar guiadas por la facultad de la inspiración, esta actitud será señal del desarrollo de la conciencia, por tal motivo conviene buscar la devoción en el momento del despertar, en el momento de convivir, en el momento de trabajar, en el momento de cualquier actividad, para acercarnos al Ser de intente en instante, pues todos nuestros actos tienen su origen en la inspiración y depende de nosotros seamos capaces de permitir que ésta llegue y se manifieste. Obviamente hay un obstáculo que es el yo, por el que no se percibe la inspiración.
Si queremos que las buenas obras, nuestros actos, sean aprobados por el Ser y plasmados por el escriba con su plumilla y su paleta, vislumbrados a la usanza egipcia con su rostro de ave Ibis inmortal, entonces busquemos la inspiración a través de Toth, quien inspira el arte, la música, la escritura, la poesía y aún hasta los grandes inventos.
Recordemos entonces que de todos nuestros actos, tenemos que dar cuenta, que nada se escapa a la ley, que todo queda escrito por el escriba interior; implora la inspiración de momento en momento para llegar a la iniciación.
http://www.samaelgnosis.net/
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Hay mucho de verdad en lo que cuentas, pero vivimos en un mundo que muy pocos nos paramos a pensar. Que bonito seria que todo el mundo se tomase la vida así.
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