Cerramos los ojos, … nos aquietamos, centramos la atención en la respiración, …. Solamente… vamos a pensar en el aire…, en como el aire entra y sale, por la nariz…, el aire entra y sale por la nariz….
El aire pasa por la garganta y llega hasta nuestro Cristo interior en el corazón con su luz blanco plateada. Con la entrada y salida del aire esta luz comienza a crecer hasta que nos cubre completamente por dentro y por fuera.
Conectamos con nuestro ser interior. La Luz de nuestro Cristo de color blanco plateado, comienza a despertar la luz de cada una de nuestras células, hasta que cada una de ellas se vuelva un sol y forme un aura infinita de radiación lumínica. Crecemos con nuestra energía sin límites y decimos (internamente): “Desde mi Presencia Yo Soy y mi Santo Yo Crístico invoco al amado Arcángel Miguel y le pido que me envuelva en una burbuja azul de protección” y así protegidos, cuidados, vamos a ir al paisaje natural que más amamos; puede ser en una playa, en la montaña, en un desierto, en la selva, en el fondo del mar…. Para la mente no hay imposibles, puedo estar donde lo desee…. y allí vamos a construir en la quinta dimensión, una pirámide de luz de un material semejante a un cristal líquido. Atraviesa su vértice un cristal de cuarzo muy claro y magnifico, facetado, que conecta en el exterior con las frecuencias cósmicas que llegan a la pirámide y hacia el interior irradia rayos de luz con los colores del arcoiris que giran lentamente en forma de espiral, irradiando todas las virtudes, colores y atributos de nuestro Padre-Madre Dios. Hacia el interior de la pirámide, este cristal de cuarzo pende sobre una mesa de cristal rodeada de doce sillas de cristal formando un círculo. Esta mesa tiene la particularidad de que cuando nos acostamos sobre ella, toma la forma de nuestro cuerpo. Observamos un poco más el interior y vemos que sus paredes y su piso irradian una luz interna muy especial. Este es nuestro refugio divino. Es la casa divina espiritual de nuestro Yo Crístico. El arcángel Miguel custodia con sus ángeles divinos de la luz, los cuatro puntos cardinales de nuestro santuario. Desde nuestra Presencia Yo Soy invocamos a los arcángeles Miguel, Jofiel, Chamuel, Gabriel, Rafael, Uriel y Zadquiel y a los Elohims para que siempre estén acompañándonos en nuestro santuario, invocamos a todos los Maestros y Seres de Luz de la Gran Hermandad Blanca, al Cristo Jesús, a Sananda, el Cristo Cósmico y al Padre Madre Dios para que nos asista en este trabajo espiritual.
Primeramente nos vamos a recostar sobre la mesa de cristal e inmediatamente vemos que ella toma la forma de nuestro cuerpo, haciéndonos sentir muy cómodos y pedimos (internamente): “Pido desde todo lo Superior en mí, que mi Amada Presencia Yo Soy supervise este trabajo de sanación y armonización. Doy gracias porque ya está hecho”.
Vamos a visualizar que del piso de la pirámide empiezan a subir llamas violetas que van envolviendo todos mis cuerpos y el interior de la pirámide, purificándome…, relajándome…, sanándome…, liberándome de todas las formas-pensamiento y emociones negativas, discordantes que se encuentran sobre mí. Siento recobrar mi equilibrio y mi armonía interior….
A medida que mi cuerpo transmuta todo lo negativo, las llamas violetas se van extinguiendo y el cristal de cuarzo que pende del vértice de la pirámide sobre mí, empieza a girar recargándome, reenergizándome con las virtudes de los siete rayos. Estas energías comienzan a fluir hacia mi cuerpo físico, mi cuerpo etérico, mi cuerpo emocional, mi cuerpo mental y hacia todo mi campo holográfico. Y atraen luz, amor, paz, felicidad, éxito, equilibrio, bienestar, sanación, providencia, visión interior, asistencia cósmica y todo lo que necesito. Esto nos hace un pilar de Luz concreto del Padre YHVH. Sentimos esta energía como una electricidad que nos recorre a nivel físico. Pedimos a nuestro Padre YHVH, YHVH, YHVH (*1), que esta energía nos envuelva y permanezca con nosotros, sanándonos y permitiéndonos irradiarla en la tercera y cuarta dimensión.
Ahora decimos (internamente): “Pido desde todo lo Superior en mí, que mi Amada Presencia Yo Soy traiga a este lugar a mi Alma. (Puedo pedir de la misma forma que se presenten mis guías espirituales y preguntarles sus nombres y en qué me pueden ayudar). Doy gracias porque ya está hecho”.
Voy a visualizar a un Ser de Luz magnífico que Yo Soy, sentado frente a mí en la mesa, le pregunto si desea que lo llame de alguna forma. (Espero respuesta)
Ahora voy a colocar sobre la mesa la situación que me preocupa (puedo visualizarla en diminuto o poner un símbolo u objeto que para mí la represente) y pido (internamente): “Desde mi Presencia Yo Soy y mi Santo Yo Crístico te pido Alma mía (o su nombre) que me hagas saber la lección que deseo aprender con esta situación. Te pido también que en un plazo máximo de 24 horas me lo hagas saber sin dejar lugar a dudas y si yo no advierto tu respuesta, me sigas insistiendo hasta que la comprenda o te indique que fue suficiente.(*2)
Agradecemos a nuestra Alma, a nuestra amada Presencia Yo Soy, (a nuestros guías si se presentaron), al Arcángel Miguel , y a todos los Seres de Luz del Dios Padre, Madre su asistencia.
Desde nuestras Presencias y Santos Yo Crísticos nos envolvemos nuevamente en la burbuja de luz azul del Arcángel Miguel y comenzamos a descender hasta llegar a nuestro corazón, protegidos… , ingresamos en nuestro cuerpo aquí y ahora, aquí y ahora, aquí y ahora. Nos sentimos dentro de nuestro cuerpo, tomamos contacto con la respiración normal. Muy despacio, respetando siempre nuestros tiempos internos, sabiendo que siempre podemos contar con la asistencia de los Seres de Luz, quienes están y estarán siempre junto a nosotros, cuando lo deseamos, podemos a ir abriendo los ojos.
(*1) YHVH: Se lee: Yod Hei Vod Hei ó Yaveh ó Jehová.
(*2) Les garantizo que “si no ocurre nada” es porque no se dieron cuenta de la respuesta, pero tengan la certeza de que van a tener respuesta. Puede ocurrir que un hecho determinado que ocurra en las próximas 24 hs., clarifique la situación y el rol de Uds en ella o bien, algo ocurre que les indica el camino a seguir. ¡Inténtenlo!
Con amor incondicional
Brinda Mair
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